Este tesoro es parte de mi proceso de formación. Lo elaboré en la Escuela de Arte Dionisio Ortiz de Córdoba, de la mano de grandes maestros. Ésta y muchas otras piezas de mi gateo (que en la web están registradas) contienen la esencia de unos años dorados. No hay espacio en la página para explicar lo mucho que allí aprendí sobre mi oficio, sobre el arte y la vida... Tampoco para el enorme lugar que guardo de ese tiempo en mi recuerdo y mi corazón.

A mi Córdoba querida llegué en modo larva, años después, cuándo devine mariposa, el viento me devolvió al norte. Y desde entonces bato cada día mis alas con fuerza, ilusión y mucho amor. Luchando voy, pero más degustando el camino hacia mi sueño: vivir de mi lenguaje, oficio y pasión.

Esta pieza es un colgante de hierro y plata con circonita engarzada (en forma de bocel). El acabado de ambos materiales es pulido, pero el hierro además tiene un tratamiento de pavonado artesanal. Este ejercicio ya lo había elaborado con otros materiales (Colgante de Formación I). Con esta segunda pieza trabajo por primera vez con hierro, soldándolo a plata de ley, perfeccionando líneas y acabados. Una de las primeras piezas que elaboro bajo el brazo de Rodolfo de Dios , Maestro de Maestros, también admirado amigo y mentor a día de hoy.

Es una pieza a la que guardo un sentimiento muy especial. ¿Por qué? porque fue una fuente de conocimiento, una primera experiencia con el hierro, sus técnicas y sus acabados (que me encantó),... Mi madre que sólo quiere cosas que brillen y sean "buenas" (como dice ella), a día de hoy, adorna con él su pecho, pues cayó rendida a su belleza el día que se lo regalé. Y en fin, que es una pieza cargadita de recuerdos y muy buenos momentos.

La Fábrica de Tesoros de MeriTomasa está especializada en joyas personalizadas hechas a medida para todos los gustos y presupuestos: alianzas, diademas, pendientes, colgantes, broches, pulseras, anillos, tiaras… Mi propuesta de valor es crear productos donde seas tú quién decida la forma, los materiales, los acabados… Que puedas formar parte del proceso de fabricación y así empezar a llenar el objeto de algo más sensible que la fastuosidad que aporta el metal. Es un trabajo más íntimo, romántico, exclusivo y de calidad.

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