Firma del tío Justo

Ana Belén y Javier son tía y sobrino... Y los dos son primos míos. Ana Belén y Javier son dos tallos de un árbol que hicieron crecer Justo y Adelina, los padres de Ana Belén, los abuelos de Javier, y mis tíos. El tío Justo ya no está con nosotros. Está en el cielo. Sus padres acertaron cuando le eligieron el nombre. Fue un hombre justo, en el mejor sentido de la palabra: seguro que todos los que lo conocieron coincidirán conmigo en que el tío Justo era, sobre todo, un hombre bueno.

Javier quería unos gemelos con las iniciales de sus apellidos, y además quería llevar al abuelo en ellos, y de ahí que me enviaron una firma del tío Justo para que me inspirara en su tipografía. No fue nada fácil. Les propuse un diseño de ambos apellidos enteros en forma rectangular, o bien sólo de ambas inciales en forma de botón. Ana Belén se decidió rápidamente por los botones.

Y ahí me tocó hacer mis primeros gemelos. (Este trozo es un secreto: no se lo digáis a nadie: en la vida siempre hay una primera vez para todas las cosas :-) . Y ya puesta a explicaros mis secretos: para inspirarme me fuí a dar una vuelta por la joyería del Carrefour, en Manresa. Es fácil aparcar y mirar sin que te molesten. Os preguntaréis porqué no me miré gemelos por Internet: lo hice antes, pero los del Carrefour tenían la ventaja de que podía calibrar visualmente medidas y proporciones de esas joyas seriadas en acero del bueno y trasladarlas luego a mis gemelos en plata de ley para  Javier.

Ya en la Fábrica de Tesoros elaboré unos gemelos en forma de botón grueso, mazizo, fuerte, y les gravé una textura ruda y oscurecida en su superficie. Sobre ella soldé las iniciales. Luego pulirlas, cuidadosamente. Y la guinda el cierre: otra vez grueso, mazizo y fuerte. Como ese árbol robusto: Justo y Adelina.

Javier és un hombretón elegante y fuertote. Sus gemelos tenían que ser igual de potentes. De ahí esa rudeza. Como el abuelo. Como la raíz que busca la tierra esquivando las rocas de la meseta castellana. Aridez. Bondad. La fuerza del patriarca en los puños de la camisa de su nieto.

Javier se casó de frac, así que necesitaba unos gemelos elegantes, y de ahí esos brillos. Pero lo más importante no era eso. Lo más importante era Justo.

A juego con el imperdible de la novia.

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