¿Cómo limpiar tus joyas de oro?

¿Cómo limpiar tus joyas de oro?

A menudo me preguntáis cómo cuidar y limpiar las joyas que salen de La Fábrica de Tesoros de MeriTomasa. En un post anterior os expliqué cómo limpiar tus joyas de plata. En este post completo la serie con mis mejores trucos para limpiar y cuidar tus joyas de oro.

Para empezar, lo más importante es tener en cuenta que la forma de cuidar y de limpiar una joya de oro depende de su acabado: brillante o mate. Y de si es oro amarillo o oro blanco. En la foto de arriba de este post, tienes un ejemplo de cada: dos alianzas en oro blanco por un lado, y dos alianzas en oro amarillo por el otro (una de ellas con acabado brillante y la otra con acabado mate).

Si es amarillo y brillante, nada mejor que una gamuza para limpiar oro

El oro es uno de los metales preciosos que necesita menos cuidados: casi no se oxida y es menos blando. No escribo "duro" porque en joyería lo duro es el diamante y eso significa que puede rallar cualquier otro metal, pero que se rompe con cualquier golpe. Los metrales preciosos son blanditos, maleables. El oro es menos blando que la plata pero más que el platino. Eso significa que el oro aguanta bastante bien los golpes y las rozaduras.

Para mantenerlo y limpiarlo, funciona igual que en la plata: depende del acabado de la joya. Si el acabado es brillante, y la pieza está realizada en oro amarillo, la mejor opción es una gamuza para limpiar oro. Incluyo una en todos mis tesoros con este acabado. Simplemente debes frotar suavemente la superficie brillante del oro para quitar las marcas del contacto con la piel antes de guardar tu joya. Y recuerda: no laves nunca tu gamuza: está impregnada con productos químicos especiales para abrillantar tus joyas y si la lavas los pierde.

¿Y si es oro rosa? Igual que con el oro amarillo. ¿Y si es oro blanco? Pues en este caso es totalmente diferente.

Si es oro amarillo con acabado mate, mejor no utilices la gamuza. Y si es oro blanco... ¡aún menos!

En cambio, si tu joya tiene acabado mate en lugar de acabado pulido, mejor no utilices la gamuza. Retira suavemente el sudor con un paño, pero no frotes tu joya con una gamuza para limpiar oro porque lo que estás haciendo es dar brillo, y eso implica que retirarás la capa del acabado mate y en lugar de cuidar tu joya la estarás dañando.

El oro blanco es más de lo mismo. Primero de todo: ¡Prohibido utilizar una gamuza!

Debes tener en cuenta que el oro blanco de 18kt es una aleación compuesta por 750 partes de cada 1000 de oro puro. Las 250 partes restantes son de un metal que hace al oro más blanco (cada joyero/laboratorio utiliza una liga diferente, es la eterna disputa, a ver quién consigue hacer el oro blanco más blanco). Eso significa que la mayor parte de cada gramo es de oro puro, y el oro puro es amarillo. Por esa razón el oro blanco, al natural, siempre tiene reflejos dorados y por eso se baña.

Esto no sucede únicamente en el oro blanco. También sucede en la plata o en el oro amarillo. Tanto la plata como el oro “puros” son metales muy blandos. Por eso, en joyería, se trabaja con aleaciones que permiten endurecer estos metales para evitar que las joyas sean demasiado frágiles. Por eso se habla de “plata de ley” (que es una aleación, generalmente con cobre) y de “oro de 18 quilates” (que también es una aleación, generalmente con plata y con cobre).

El oro blanco es el resultado de alear el oro puro (de color amarillo) con otros metales más blancos (como plata, platino, paladio, níquel o manganeso). Como tras esa aleación siguen quedando reflejos dorados, le añadimos un baño de rodio, que es un metal precioso con un color semejante al acero, pero mucho más noble, escaso, duradero y antialérgico.

Este baño de rodio, con el tiempo, sobre todo con el roce del uso de las joyas, se va yendo, dejando al descubierto el verdadero color del oro blanco, con sus destellos amarillos. Por eso es importante no pasarle una gamuza para limpiar oro, porque en lugar de cuidar la joya estás ayudando a eliminar el baño de rodio.

Así que sobre todo en el caso del oro blanco es importante pasar de vez en cuando por una puesta a punto en taller. Y aún más si lleva piedras preciosas (no está de más revisar que estén bien aseguradas y no se haya desgasto el engarce).

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